Yo nunca duermo, solamente sueño.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Los estados de mi existencia...transparencia

'Aunque existo, no pienso'. La frase contraria de 'Pienso, luego existo'.

Salgo al mundo con ilusión, como otro día cualquiera. Me marcho a la aburrida rutina de todos los días con animo de cambiarla. Paso al lado de las radiantes luces y las oscuras sombras. Pero como siempre, no reflejo ningún color y no se me ve.
En el camino encuentro zonas oscuras, solitarias y otras zonas iluminadas y abarrotadas, pero con ninguna de ellas consigo alcanzar la afinidad. Nada se percata de mi presencia. Soy el objeto invisible transeúnte que pasa de largo sin dejar huella.

Las luces amarillas me rehuyen.
Las luces rojas no me quieren iluminar.
Las luces verdes me tienen miedo.
Las luces azules nunca se me acercan.
Solamente las luces blancas saben que estoy ahí, pero como son longevas, no soy de su interés.
Al igual que las sombras que me envuelven pero no me retienen, paso entre ellas sin que me aprueben, lo que me hace pasar inadvertido o por lo menos anónimo.

Algunas luces si que me reflejan, como la luz gris de la luna. Pero es en vano. Porque su iluminación es otro reflejo, el de la luz del sol. Esa estrella de la que la luna se esconde cuando puede, que me castiga con abrumador calor y de brillo cegador contra la que lucho en vano, dado que es la fuente de esa luz que me hace invisible al mundo. Somos muchos los que somos trasparentes al mundo, cada vez más. Lo peor es que somos trasparentes para nosotros mismos, lo que no nos permite reconocernos y cambiar nuestro estado a visible, reconocible y normal.


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