Yo nunca duermo, solamente sueño.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

El principio del miedo psicológico...El dragón rojo

Gracias al tremendo éxito de la primera película 'El silencio de los corderos', se adaptaron otros tres libros basados en dichos personajes, esta vez comentaré la precuela de dicha historia, aunque se filmara la tercera en el orden.

'El Dragón Rojo' se publicó como novela antes que 'El silencio de los corderos' pero no tubo tanto éxito, dado que no fue llevada al cine en un principio. Debió esperar a ser la tercera película, además de ser reescrita para dar más protagonismo al personaje de Hannibal Lecter, que es en esencia, el reclamo de toda la saga. Aunque aquí, tenga un papel corto.
La película, estrenada en el año 2002 y dirigida por Brett Ratner, un director de vídeos musicales. Consiguió una recaudación menor que las anteriores películas de la saga pero las criticas fueron excelentes, a las cuales añado mi predilección por esta obra de arte filmada.

El argumento se asemeja al silencio de los corderos en que tenemos a un investigador del F.B.I., quien utiliza la ayuda del Dr. Lecter para resolver unos crímenes complicados donde familias enteras son cruelmente asesinadas sin dejar pistas. Paralelamente se nos muestran los quehaceres diarios del asesino y como entabla amistad con una compañera de trabajo que es ciega. La cual le hace intentar cambiar su vida de aislamiento y violencia, hasta que viéndose acorralado, comete un error y desencadena el trágico final.

En esta película el Dr. Lecter (Anthony Hopkins) tiene poco papel pero sigue con su estupenda actuación. El investigador (Edward Norton) hace un papel bueno, pero muy rígido. El mejor papel es para el asesino (Ralph Fiennes) quien demuestra una vez más que es uno de los mejores actores que existe actualmente. El papel de la compañera de este (Emily Watson) está muy bien realizado, por la gran expresividad dentro de la dificultad de interpretar a una ciega y el papel importante que desempeña. También destacar el pequeño papel del periodista (Philip Seymour Hoffman) que representa muy bien a los de esa profesión, con un comportamiento excesivo pero controlado.

El asesino a parte de sus fobias familiares y problemas particulares, tiene una manía por el cuadro de la imagen. De él saca su apodo, 'El dragón Rojo' del cual saca su forma de actuar.
Una muy recomendada película, pero no es apta para todos los públicos. Aunque no tenga escenas explicitas de violencia y asesinatos, la película es dura. También asusta el comprobar que cerca de nosotros podemos tener a un asesino despiadado.

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