Ahora el tema en la prensa deportiva, que predomina cuando hablamos de fútbol no es lo bien que juega un equipo u otro, sino cuantos enfrentamientos físicos o verbales se producen entre los jugadores o incluso los entrenadores.
El día 2 de Septiembre, jugaban un partido 'amistoso' las selecciones de Chile y España. El resultado es lo de menos, quien ganó el partido no cuenta para nada. Lo que va a quedar para la posteridad es la bronca del último minuto que enfrento a los jugadores de ambos equipos, incluso se añadieron los suplentes desde el banquillo.
Todo esto obligo al árbitro a suspender el partido y no terminar el tiempo de descuento añadido. Con lo cual lo que tendría que ser la fiesta del fútbol termino en un espectáculo lamentable.
Todo esto viene a añadirse a la polémica que acontece cada vez que se enfrentan los dos equipos que lideran el fútbol español. Real Madrid y Barcelona, los que tendrían que ser ejemplos a seguir se han convertido por culpa de los métodos agresivos del actual entrenador del Real Madrid, José Mourinho, en batallas campales. Buscando anular la calidad del rival favorece el choque, la presión asfixiante y la jugada sin balón que si es posible anule al contrario sin que se percate el árbitro.
Estos comportamientos que antes eran exclusivos de equipos sin calidad futbolística como el athletic de Bilbao o el Sevilla, los cuales siempre se han caracterizado por la rudeza de sus sistemas de juego, se han extendido a todos los equipos y a la mínima oportunidad asistimos a el peor espectáculo que se puede presenciar en un campo de fútbol.
Este comportamiento, por desgracia, se extiende a las gradas, donde los aficionados se enfrentan en luchas ignorantes entre clubes. Esto hace que sea muy difícil viajar a otras ciudades para ver los partidos del equipo al que sigues.
Al equipo que yo sigo, el Atlético de Madrid, tampoco se libra de dichos comportamientos. Tanto en el campo de juego como en la grada se pueden ver también dichos comportamientos. Desgraciadamente famosas son las peleas entre Frente Atlético y los distintos grupos ultras de los demás equipos que visitan nuestro estadio, tanto españoles como europeos.
Hace unos años estos comportamientos eran alentados y financiados por las directivas de los clubs. Actualmente eso parece ser que se ha acabado, afortunadamente.
Desde aquí hago un llamamiento en contra de todo comportamiento violento o que fomente la violencia. Tanto en el fútbol como fuera de él. Que ya es el mundo bastante violento, como para que lo estropeemos más.
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