El sol naciente tiembla, pero con dignidad

Este viernes ha temblado Japón en el quinto terremoto más fuerte del que se tiene constancia en la historia.
Un seísmo de 8,9 grados en la costa este del país que también ha provocado un maremoto.

Tras el pánico que provoca estos fenómenos se ha demostrado que Japón es un país preparado para este tipo de catástrofes. Todo ha sido fotografiado por los habitantes mientras ocurría, retransmitido por las televisiones y escrito en las redes sociales en internet. Las declaraciones de los españoles que están en Japón relatan todo con admiración a un pueblo que lucha contra los elementos.
Los edificios han aguantado la sacudida y las infraestructuras han seguido cumpliendo su cometido dentro de la medida de la catástrofe. Si esto mismo hubiera ocurrido en otro país hubiera sido un desastre de proporciones inimaginables.

Incluso después, cuando ha llegado el maremoto que ha arrasado las ciudades costeras de Honshu, las cuales han arrasado puertos, poblaciones, carreteras, aeropuertos e incluso una central nuclear que ha tenido fugas radioactivas.
La devastación ha sido enorme pero han estado preparados y han actuado rápidamente para evitar una gran perdida humana, la cual ha sido grande pero que podría haber sido peor, vistas las imágenes.

El pueblo japones es un ejemplo para el resto del mundo, después de la tragedia viene la reconstrucción y el intento de seguir una vida como la que tenían antes del seísmo.
A diferencia de otros lugares incluido España, no han tenido saqueos ni robos ni violencia. Al contrario, es un pueblo que se han ayudado unos a otros e intentan salir adelante colaborando.
Es algo que tendrían que analizar los que se dedican aquí a obstaculizar a las personas que intentan sacar adelante a un país cuando está en problemas y no intentar zancadillear al prójimo solamente para beneficiarse y mejorar ellos solos.
Cuando la crisis afecta a todos, lo más importante es ayudar al que está más perjudicado para sacar adelante cualquier situación.
También es imperativo estar preparado para cualquier eventualidad y no hacer las cosas deprisa y mal. Tomar ejemplo de Japón que se preparó para lo peor y ha podido afrontar con garantías la prueba más dura.