Yo nunca duermo, solamente sueño.

domingo, 10 de junio de 2012

Mis varios auriculares rotos...

Lo peor que llevo desde hace mucho tiempo son los auriculares que he tenido. Ruidos de fondo, sonidos bajos, materiales de baja calidad, etc. Lo que a mi me ocurre con los auriculares es para mirarlo con detenimiento. Nunca he tenido unos que me duraran más de seis meses. No se como lo harán el resto de la humanidad, a los cuales veo siempre con los mismos, que les duran mucho tiempo.

Pero mi caso es especial, dado que suelo tener un uso intensivo, a veces de dieciséis horas al día. No seguidas, pero entre monótonos viajes en transporte público, largas jornadas laborales y momentos de relax donde la música adquiere el protagonismo tengo muchas horas los 'pinganillos' dentro de mis orejas. Creí erroneamente que dada la supuesta 'profesionalidad' de las grandes empresas, dejar al cuidado de mi oído a, por ejemplo Apple, sería lo más acertado. Primera en la frente, los auriculares que acompañan a mi iPod touch son de peor calidad que los del iPhone. Incluso peores que los antiguos de la propia marca hace cuatro años cuando regalé un iPod nano a mi hermana.

Los que yo tengo se han descompuesto los materiales protectores de los pinganillos e incluso del cable, además el conector 'mini jack' ha adquirido una inclinación extraña. Internamente no se su funcionamiento pero puedo asegurar que se escuchan muy bajo, excepto cuando coloco la mano tapando mi oreja completamente, entonces vuelve el sonido original, increíble. Decidí tirar la casa por la ventana y comprarme unos 'profesionales' y acudí a la tienda Fnac donde me aconsejaron los Plantronics Black Beat, muy caros, pero el sonido era excelente. El problema, los materiales, el cable está envuelto en una malla la cual se deforma y rompe los cables. Parece increíble, pero es cierto. Como el sistema de avance de canciones y el volumen se regulan por un dispositivo anexionado a dicho cable, dichos cortes le mandan ordenes erróneas al iPod y se vuelve loco. Resultado, no se pueden utilizar. Lo mejor es que cuando vas a reclamar a la tienda, te manda al fabricante, el cual en vez de asumir sus fallos de fabricación, lo achaca a mal uso y se lava las manos. Además como es un producto muy sensible, no se puede devolver por temas higiénicos.

En fin, que tengo una gran colección de auriculares estropeados y que no puedo usar, no solamente en el iPod, tampoco en los móviles y otros reproductores de música antiguos. Unos con el conector roto, otro con el pinganillo desconectado del cable, otros con los cables pelados, etc. Lo peor es que si la tecnología fuera un poco mas eficiente, podríamos tener por separado el cable, los pinganillos y el conector. Así cuando se nos estropeara una parte, la cambiamos por otra. Lo que no es normal para un usuario normal, sin muchos recursos, que tenga que invertir una cantidad grande en sustituir este pequeño, pero imprescindible elemento del mundo multimedia.


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