Yo nunca duermo, solamente sueño.

jueves, 14 de marzo de 2013

Juegos de Mesa de mi juventud

Le esto sacando mucho partido a la mudanza a mi casa, he podido rescatar de lugares insospechados varias cosas que no recordaba que tenía, entre ellas varios juegos de mesa que me hicieron pasar grandes momentos.

El más antiguo que tengo es el 'Monopoly'. Heredado de mis tíos, juego comprado en los años 70s, que estando bien conservado, yo me encargue de medio destrozar, a parte de perder billetes y fichas de casas. La verdad es que es un juego muy entretenido, si se juega bien y con tres jugadores, que para mi es el numero de jugadores perfecto, puede durar tres o cuatro horas muy divertidas. Su modo de juego es muy simple tenemos que comprar el máximo de calles posibles para intentar arruinar al resto de jugadores lo antes posible. Hay versiones de este juego con miles de temáticas: películas, libros e incluso empresas tienen su propio Monopoly. Muy recomendado para todas las edades.

Otro juego que poseo 'Hotel', es muy similar al Monopoly. En vez de comprar calles, compramos complejos hoteleros. Sustituimos las casas y los hoteles por bloques de edificios, pero el objetivo del juego es el mismo, arruinar al resto de participantes. En este juego, al ser más pequeño el tablero es mejor jugar solamente con dos jugadores, para evitar que todos ganen dinero y se haga interminable el juego. El atractivo más destacable son las torres de edificios hechas de plástico y papel, que cuando están todas en su sitio dejan una imagen de ciudad como se puede apreciar en la imagen que acompaña.

El último del que voy a comentar hoy es 'La fuga de Colditz'. Un juego de estrategia en tablero basado en la famosa fuga de la segunda guerra mundial. La trama también se cuenta en varias películas, con lo cual es conocida por todos. Partimos con un grupo de fugados que con ciertas cartas de ayudas: cuerdas, alicates, túneles, etc. Intentarán llegar al exterior del recinto, representado fielmente en un tablero de casillas circulares. Tienen en contra al jugador que hace de alemán, quien tiene varias fichas de guardias y otras cartas de seguridad como  registros, túneles interceptados, etc. El juego es muy entretenido y según la suerte de los evasores puede ser o muy corto o increíblemente largo. Hay varias versiones del juego, incluida una en la que cambian el tablero de juego.

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