Ahora los pobres tenemos que pagar los desmanes de los gobernantes. Esos ricos megalómanos que nos han arruinado y se han librado del castigo ejemplar que se merecen.
Francisco Camps, ex-presidente de la Comunidad Valenciana. Jaume Matas, presidente de la Comunidad Balear. Sonia Castedo, alcaldesa de Valencia. Carlos Fabra, presidente de la Diputación de Castellón. Rafael Blasco, ex-consejero de Solidaridad y Ciudadanía. Alberto Lopez Viejo, ex-consejero de Deportes de la Comunidad de Madrid. Y una lista larguísima de políticos corruptos que incluso algunos siguen aferrándose a su cargo estando imputados en varios juicios. Habiéndose demostrado que son culpables, pero siendo perdonados en los juzgados por los mismos jueces que ellos han puesto en ellos.
Gracias a estos mecenas con dinero estatal, personas como el arquitecto Santiago Calatrava, ha tenido carta blanca para realizar obras faraónicas unas veces y otras para llevarse el dinero con solamente realizar un proyecto. Dado que como se puede comprobar en esta web el derroche y desfalco ha sido enorme. Inversiones inutiles como la que se ha realizado en el puerto de Valencia, para la Copa America y después para el fallido gran premio de F1, un derroche millonario del que Valencia tardará en recuperarse. Y en Alicante igual, con inversiones en regatas mundiales que no atraen a un público general y el reclamo turistico es muy cuestionable en esta época de crisis.
Como colofón final tenemos que sacar a la palestra el 'aeropuerto de Castellón'. Obra faraonica sin igual, realizada sin proyecto de viabilidad y además inutilizable en su inauguración por tener las pistas muy pequeñas, sin acuerdos con compañías aéreas para que lo utilicen, con personas contratadas para él y cobrando sin hace nada desde hace años. Todo esto se lo tenemos que agradecer al señor Carlos Fabra, Un dirigente despota del Partido Popular, que campa a sus anchas por Castellón, que aparte de dejar a todos sus familiares colocados en puestos políticos es el creador de crímenes contra la sociedad como 'Marina D'or, ciudad de vacaciones', un pelotazo inmobiliario que ha ganado mucho dinero en la 'burbuja inmobiliaria' pero que solamente ha dejado otro Benidorm monumento al ladrillo para la posteridad.
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