Yo nunca duermo, solamente sueño.

lunes, 29 de junio de 2015

Esos animales que estamos aniquilando...La cigüeña negra.

Aunque las cigüeñas han sido unas de las aves más características de nuestros cielos, sorprende encontrar a una especie de esta familia entre las especies en riesgo en nuestro país. Son famosas las campañas de creación de nidos en las zonas montañosas y en campanarios y torres de pequeñas poblaciones para atraer a estos animales. El avance de la civilización se llevó por delante sus lugares naturales de anidado y ahora es extraño ver un nido de cigüeñas en algún elemento natural, pasando a decorar las alturas de las construcciones más extrañas, torres de alta tensión, grandes estatuas, etc. Aun siendo un animal muy común y querido por los humanos, todavía queda mucho trabajo por hacer, empezando por dejar a los animales tranquilos en su entorno natural, lo que el nuevo turismo ecológico parece que se suma a el resto de amenazas.

La principal característica diferenciadora de la cigüeña negra es su aspecto oscuro a diferencia de la más común cigüeña blanca. También es de menor tamaño, llegando casi siempre al metro y medio como mucho. Sus nidos suelen albergar a tres huevos que cuidan alternándose el padre y la madre. Llegando el periodo de anidado a unos tres meses en los que los polluelos ya están preparados para valerse para volar y alimentarse. Los polluelos suelen tener un color más claro, que se va haciendo más oscuro con el paso del tiempo. La alimentación suele ser basada en animales pequeños e insectos, a diferencia de sus otros congéneres que se han acostumbrado a buscar alimento en los restos que dejamos los humanos.

La distribución de esta especie está muy localizada en la parte oeste de la Península Ibérica. Esta zona se caracteriza por tener abundancia de ríos y embalses, algo preferido por esta especie. Al estar menos acostumbrada a la presencia humana, suele huir de los núcleos habitados y buscar las zonas boscosas o montañosas, algo cada vez más difícil en este país. Suelen migrar hacia África, a diferencia de las blancas, no han cambiado sus fechas de migración ni las zonas de destino por culpa del cambio climático. En España, en estos periodos, se les puede ver por las zonas húmedas de las costas mediterráneas.

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