Otro año contra los festejos taurinos en el país de la fiesta nacional

Este año no voy a comentar los desmadres que se hacen en mi localidad con los encierros, tan populares que incluso el alcalde que prometió quitarlos, los tiene ahora como representativos de la ciudad.

Aunque la más famosa es la fiesta de los San Fermines en Pamplona, que ha degenerado en una atracción de desfase y borracheras para turistas y este año ha dejado unos cuantos 'incidentes' para el recuerdo. Me desplazo hasta Denia para volver a comentar los "Bous a la Mar". Festejo muy popular y que se afianza cada vez más como el más importante de la región. Es una pena que los pueblos tengan que promocionarse con este ejemplo de espectáculos tan poco respetuosos con los animales. Esto da ejemplo del mal trabajo de los representantes de esos pueblos que solamente tienen esto que ofrecer como 'fiesta cultural'. Aunque yo no veo la cultura del toro como algo de lo que enorgullecerse.

Los toros embolados también son una práctica muy arraigada por todo el levante español. Donde se le colocan unas terminaciones inflamables a los cuernos de los toros, lo que provocan el pánico del animal y el alborozo de los mozos que lo recortan, torean e incluso torturan a base de golpes y puntadas con lanzas, depende de la costumbre del pueblo. Lo peor es que esta mala costumbre se está extendiendo a otros pueblos de España. Por lo menos hay una esperanza, aunque antiguamente se hacía con toros, en algunos pueblos se ha cambiado la costumbre y se utilizan carretillas dirigidas por personas.

Para no tengan envidia el resto de los españoles por la geografía de este país tenemos otros muchos ejemplos, como el toro de Coria, en Cáceres. Donde en vez de hacer el típico encierro en el que las vaquillas persiguen a los mozos, son los habitantes del pueblo los que persiguen al toro, torturándole por todo el pueblo hasta su extenuación y posterior sacrificio frente al respetable, incluida la mutilación de las criadillas antes de su muerte.
En resumen, que país tan diferente a mi, en el que me ha tocado vivir.