Antes de acabar el año y como colofón final de la desastrosa campaña de Manzano, perdemos contra el Albacete y somos eliminados de la Copa del Rey por un segunda B, algo que no había pasado en toda la historia del club. Los jugadores, desanimados, no pudieron remontar un gol muy tempranero de los manchegos. El entrenador no logro recuperar al equipo y sirvió para justificar la despedida del técnico. También fue la despedida de Jose Antonio Reyes, otra figura que se va por la puerta de atrás, sin despedirse de la afición.
La vuelta de un ex-jugador con mucho carisma entre la afición, esta vez como entrenador, es la solución buscada por la ineficaz directiva del club colchonero para retomar el rumbo.
La visita a casa del Málaga, un equipo duro este año, con muchos y buenos refuerzos, nos sirvió para ver un pequeño cambio de actitud al equipo. Simeone trató de poner un equipo para aguantar el partido y lo consiguió. Empatamos sin goles, pero logramos dar otra vez la imagen de un equipo conjuntado. Con este punto iguala los resultados del anterior entrenador, cualquier cosa que consiga será mejor que lo anterior. Empezamos despacio pero con buena letra.
Volvemos a vivir un partido en el estadio Vicente Calderón, con gran expectación por el nuevo entrenador, el cual se enfrenta a otro nuevo técnico en el equipo contrario, pero también un ex-jugador atlético. Molina, el gran portero que nos dio tantas alegrías. Empezamos el partido dominando a un flojo rival y atacando mucho durante toda la primera parte por parte de todo el equipo, culminado por un gol de Falcao después de una larga jugada antes del final de la primera parte.
Tras empezar la segunda parte, el equipo rojiblanco sigue con la animosidad inicial, lo que nos lleva a una jugada al borde del área donde el arbitro se equivoca y nos pita penalti a favor. El cual Falcao se encarga de convertir en el segundo gol que nos da una tranquilidad que hace mucho no teníamos.
Conseguimos pasar la segunda parte con la típica relajación, pero un ineficaz Villareal no consigue ni acercarse a portería. Al final del partido en una embarullada jugada en la portería del equipo amarillo, Diego logra aprovechar un balón embarullado y marcar el tercero y definitivo gol que cierra un partido bueno y tranquilo, algo que no necesitaban los jugadores y los aficionados.
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