Hace mucho tiempo que no voy al cine para ver una historia original. Una idea rompedora es algo que ya no se ve en la pantalla grande ni de casualidad. Reediciones de éxitos añejos y adaptaciones de otras obras del ocio contemplativo como los cómics o los vídeo-juegos han apartado a las grandes obras de antaño a los públicos minoritarios.
La desilusión me ha vencido. Después de pasar varios años teniendo una expectativa de que se repetirían épocas como la de 1999 en la que empezaron las trilogías de Matrix y 'The Mummy', las precuelas de Star Wars, El Club de la lucha o la película de 'South Park'. Un año memorable también fue el año 2000 con otras obras geniales como Gladiator, Snatch: cerdos y diamantes, Memento, el empiece de la trilogía de X-Men o Pitch Black. Ya para terminar de rematar la trilogía de años dorados del cine reciente tenemos el 2001 con Donnie Darko, Amelie, el empiece de la saga de 'A todo gas' y las películas de animación de Shrek y Monstruos, S.A. Lo que culminó con el empiece de la trilogía basada en 'El Señor de los Anillos' que marcó el culmen de las máximas expectativas que he tenido nunca y además que se han cumplido en una película. Después de esto solamente han venido continuaciones a estas películas anteriormente citadas e incluso o reediciones de películas exitosas de los 80s y 90s con nuevos actores, nuevos directores y argumentos cambiados con las excusas más dispares, como han sido la última trilogía de Batman y la nueva visión de Star Trek. Lo siguiente será la nueva continuación de Star Wars, el episodio VII, que visto como actúa Disney con todo lo que absorbe, creo que no será nada bueno o a esperar con inquietud.
Casos flagrantes de avaricia y de intento de sacar beneficio de una franquicia a costa de nosotros, pobres crédulos que vamos picando cada vez que nos ponen la carnaza son Spiderman en el cine, que han vuelto a reinventar el personaje, la historia e incluso al público que va dirigido solamente diez años después del estreno de la primera entrega de la anterior trilogía. En los vídeo-juegos la repetición anual de la misma formula en nombres como 'Call of Duty' por parte de Activision o Assassin's Creed por parte de Ubisoft hace que el tedio y la repetición cansen a los usuarios, además que gastarse un dineral en comprar algo que dentro de un año no servirá para jugar por Internet, mosquea al mayor seguidor de cualquiera de estos productos. Otras sagas de juegos deportivos o de conducción que siguen el mismo patrón también ven como se agota su formula y las productoras están cambiando de estrategia a una peor todavía, los descargables. Un producto sale a la venta con un precio astronómico, mal acabado y algunas veces sin final. Si quieres jugar una experiencia completa tienes que desembolsar varias veces más dinero por trocitos que arreglen la trama o incluso la concluyan como pasó con Mass Effect. El futuro de todos estos productos es incierto y creo que por mi parte se ha acabado la vuelta, porque yo me bajo del tren y vuelvo a caminar tranquilamente para llegar a mi destino. Cuando me canse de todo el ocio que he acumulado hasta ahora, ya veré si tengo ganas de volver a subirme a alguno de los trenes que pase cerca.
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