La semana pasada he tenido un golpe con el coche, del cual no he podido dar parte con contrario porque la otra conductora ha huido sin preocuparse del resultado del incidente. Sabiendo como somos los españoles es lo más normal, nadie se preocupa por los demás y dentro del coge nos creemos los más fuertes y que el resto se tienen que apartar a nuestro paso.
Yo reconozco que no soy muy buen conductor, pero por lo menos cuando voy en las glorietas respeto al resto de los conductores. La otra conductora efectuó una maniobra como la que se describe en la imagen. Si se circula por el interior de la glorieta (izquierda) se debe ceder el paso al conductor que circula por el exterior (derecha). Para abandonar la glorieta se debe efectuar por el carril derecho y señalizandolo. En España esas normas no se cumplen por casi ningún conductor y obviarlas es lo que lleva a los accidentes como el que a mi me ha ocurrido. Si a ello le sumamos la fuga de la otra conductora nos encontramos con una situación muy injusta. Lo único bueno es que no he recibido daños en el percance y el coche podrá seguir rodando una vez reparado.
Siempre nos quejamos de las multas y sanciones que unas veces nos acarrean desembolsos monetarios, perdidas de puntos e incluso perdida temporal del permiso de circulación, pero esto es poco en comparación a los malos comportamientos que demostramos en la carretera. Cuando hacemos una maniobra ilegal, superamos los límites o nos saltamos una prohibición podemos acarrear un perjuicio a otras personas. Hay muchas iniciativas para subir la velocidad máxima en las carreteras e incluso para permitir la conducción después de haber bebido. Dichas prohibiciones tendrían que ser más severas a mi juicio, pero a otras personas no parece importarles la seguridad de los demás.
Hay muchas distracciones al volante, pero el uso de dispositivos como el teléfono móvil o el navegador a parte de estar penados con sanción son otros elementos que pueden provocar un accidente. Las malas costumbres que no están penadas son las de fumar mientras se conduce, el maquillaje y aseo personal e incluso las relaciones entre conductor y acompañantes. Todo ello que son distracciones que pueden acarrear un incidente son elementos que tendríamos que evitar hacer a la vez que conducimos. Todos estos problemas no se van a solucionar nunca, dado el mal talante del 'conductor medio' español.
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