No es serio este cementerio...es un jardín de mármol

Vivir en un país en el que la tradición funeraria está tan arraigada, es un problema para las personas como yo, quienes creemos que es bueno recordad a los que ya no están, pero no revivir los recuerdos dolorosos de las perdidas, poniéndolos por delante de la vida de uno mismo.

Los campos de mármol, jardines donde las flores no crecen, solamente se marchitan, lugares donde las personas y los animales que son considerados como personas van a descansar cuando su tiempo se ha acabado en este mundo. Porque no hay otra cosa, de aquí no vamos a ningún sitio. Somos materia viva, que nos transformamos en abono para las próximas generaciones. El ciclo de la vida, que nos deja un ratito, para que lo hagamos lo peor que podamos y después nos hace desaparecer. Como si no hubiera pasado nada. Somos una centésima de segundo en un tiempo casi eterno.

Tengo constancia, al igual que se refleja en la película Volver del gran director Pedro Almodovar, de que hay muchas tradiciones en las que se da una importancia suprema a las tumbas y panteones donde descansan los familiares perdidos. Se construyen unas tumbas grandiosas, se cuidan, se lavan frecuentemente, se restauran, se llenan de accesorios religiosos, se engalanan de flores y se visitan frecuentemente, más incluso que algunos de los familiares que siguen vivos. No es por criticar una costumbre muy arraigada en la sociedad en la que vivo, pero yo no la comparto. Tener que acordarse más de alguien que ya no puede recibir tu recuerdo, me parece muy triste. Prefiero compartirlo con los que todavía me pueden escuchar.

Mi deseo sería poder viajar por el espacio, ya que no lo podré hacer en vida, que mis cenizas surquen los cielos eternamente. Ser el viajante espacial, e ir de galaxia en galaxia, viajando donde nadie ha llegado jamas. Porque el espacio es la última frontera. Lastima que el universo esté lleno de Estrellas, planetas, asteroides y demás cuerpos celestes. Que poseen gravedad e interferirán en dicho viaje. Además cuando termine mi tiempo aquí, no dependerá de mí lo que me pase. Si queda alguien que se preocupe por mi, será de los anteriormente mencionados y pasaré a formar parte de los campos de mármol