Como yo tengo una tortuga de animal de compañía, esta entrada es más especial que las demás. No es de esta especie, pero va en homenaje a todas las que van con su casa a cuestas.
La tortuga boba no es tan poco inteligente como su nombre común la define, el problema que tiene, es que los humanos no conocemos suficientemente los beneficios de esta especie para regular la biodiversidad marina. Las redes de los pescadores y los barcos recreativos que destrozan los fondos y litorales de nuestras costas son los peores problemas. Este incansable viajante marino recorre nuestros mares y océanos como un vigilante guarda sus tierras. Se encuentra en casi todos los mares considerados 'cálidos' del planeta.
Normalmente empieza su vida en tierra, donde su huevo está enterrado en la playa. Los humanos viles depredadores, empezamos la rapiña robando dichos huevos. Su primer esfuerzo es conseguir llegar al mar, su medio natural, en una larga y a veces peligrosa tarea. Este acto nos maravilla y miles de turistas solemos ir a las playas a estorbar su ciclo natural. Luego en el mar otra vez enfrentándose a multitud de peligros para después de su periodo de reproducción, las hembras, volver a las playas a dejar la siguiente generación, enterradas en la arena.
Me quiero centrar en la especie que habita en el mar Mediterráneo, que es la más amenazada. Gracias sobre todo a los dos países más 'avanzados' pero más incivilizados con el entorno marino. España e Italia, que con sus flotas pesqueras esquilman este 'Mare Nostrum'. Como se puede ver en la foto las malas practicas pesqueras interfieren con las especies. Es imperativo encontrar un balance entre las artes pesqueras y la sostenibilidad del mar. Las prohibiciones de ciertos artes de pesca se tienen que regular. Bastante tienen los animales con su propia vida y costumbres solitarias, que hace muy difícil su subsistencia.
Aquí una foto de mi tortuga tomando el sol, se llama Gota y es de la especie de orejas rojas o científicamente llamada 'jicotea elegante'. La recogió mi hermana de la calle hace veintiún años y como se puede ver está muy bien tratada. Tiene un ciclo de vida envidiable: Se levanta tarde a eso de las 11:00, se da un paseo para tomar el sol, cuando el tiempo lo permite. Después se va a dormir al agua. Por la tarde vuelve a darse un paseo para controlar que hemos vuelto todos a casa y aproximadamente a las 20:00 pide de comer. Cuando se ha saciado, se vuelve a dormir al agua.
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