Jugar contra un equipo alemán es muy difícil y el Hanover 96 es un gran ejemplo. Un estadio muy volcado con su afición, un equipo muy correoso y el resultado que no nos favorecía mucho. Tras una primera parte en la que conseguimos aguantar muy bien los ataques germanos e incluso tuvimos el control del partido en algunas ocasiones fuimos al descanso con ilusión. En la segunda parte conseguimos tener contra las cuerdas al Hanover. En una gran jugada librando a la defensa alemana y al portero para rematar un precioso gol. Los alemanes volvieron a atacar y consiguieron empatar el partido por medio de Diouf, quien ya marcó en la ida. Hubo suerte y antes del final Falcao marco gol a pase de Diego. Siguiente ronda y todos contentos, a soñar con llegar a la final.
Cuando ni por asomo estas concentrado es muy difícil sacar un resultado positivo. En la primera jugada marca el Levante por medio de Valdo, un jugador que nos tiene como una de sus presas preferidas. Sin despertarnos todavía, en una jugada parecida, Koné nos vuelve a marcar. Al igual que en Mallorca nos encontramos con el resultado en contra, pero esta vez no hubo ni respuesta, ni goles. Solamente nos sirvió el partido para perder a Miranda por acumulación de tarjetas y a cansar más a los que tendrían que dar el máximo en el siguiente partido. No dio más de sí el partido por parte de ninguno de los dos equipos.
Sin esperanza, sin ilusión y sin gloria. Así termina otro derbi entre los vecinos de ciudad, y ya van doce años sin que consigamos ganarlo. Lo peor es el espectáculo lamentable, en nuestro propio estadio. Tres goles de Cristiano Ronaldo. Uno de falta, en la primera parte. Cuando estábamos aguantando muy bien el juego madridista. Lo que hizo venirse abajo al equipo hasta que acabó la primera parte. Al principio de la segunda parte, Falcao marco el gol de la honra. Que dio ánimos a la grada, pero no hizo estabilizarse al equipo en el campo.
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