Cuando compramos muchos de los productos de nuestra vida diaria, no nos paramos a pensar la huella contaminante que crea dicho producto en el mundo. No solamente por lo pueda contaminar directamente, también por lo que sufre la humanidad para que llegue a nuestras manos.
Las empresas petrolíferas son las más contaminantes de todas, además lo son en toda la cadena de producción y venta del producto. En origen cuando extraen el crudo, convirtiendo dichas zonas en lugares tóxicos y de nula recuperación. En el transporte con los grandes barcos por el mar y los camiones cisterna por las carreteras, cuando sufren un accidente son focos muy peligrosos o cuando no lo sufren y realizan una limpieza de sus contenedores dejan los restos para que se mezclen en el medio ambiente. Incluso en los puntos de venta y distribución de combustibles y gases, los cuales tienen un mantenimiento inadecuado y contaminan los alrededores. A todo esto nos hemos mal acostumbrado y además las empresas petrolíferas no pagan por sus desmanes todo lo que tuvieran que ser sancionados. Esto nos recuerda la actualidad con los intentos del gobierno de este inmundo país que han aprobado las prospecciones de petróleo en las islas Canarias. O el proyecto Castor de almacenar gases en el fondo marino, aprobado por el gobierno anterior y que provocó seísmos en las costas levantinas.
Otro comportamiento muy contaminante es el del comercio transoceánico actual, principalmente desde China y sus países limítrofes. Muchos productos que se fabricaban en Europa han sido migrados a lugares de producción en lugares muy lejanos, lo que hace que tengamos que pagar por los transportes, en barcos gigantescos, muy contaminantes llenos de contenedores. Admás en los nuevos lugares de fabricación no existen las normas de protección del medio ambiente o incluso de los trabajadores que existen en nuestros países mal llamados avanzados. Con lo cual se da el caso de que los productos que compramos y están allí fabricados, sin que nos demos cuenta no solamente están manchados con la huella negra y sucia de la contaminación, también están manchados muchas veces con la sangre de los esclavos modernos, que trabajan en condiciones inhumanas para que tengamos nuestros productos inútiles en las manos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario