Al igual que en la anterior entrada, voy a comentar las practicas delictivas y fraudulentas que son consideradas como estafas, pero que nadie lleva a los tribunales. Todo porque la justicia en España es un cachondeo y no protege a las personas que tendría que amparar.
Las compañías eléctricas, monopolios basados en empresas privatizadas que han heredado instalaciones gubernamentales y las aprovechan para hacer negocios muy lucrativos. Con nulas inversiones para mantenimiento de dichas infraestructuras y todo ello subvencionado por gobiernos amigos del país o de las Comunidades Autónomas. Al igual que el resto de los mercados que comento en esta entrada, tenemos un supuesto mercado de libre elección donde todas las compañías tienen los mismos precios y además se auto regulan ellas mismas. Con facturas nada entendibles y lecturas de consumos ficticios que nos cobran siempre de más. Con pocas posibilidades de reclamar o protestar.
Las compañías telefónicas, negocio redondo fomentado por la gran adicción a compartir nuestras opiniones con el resto del mundo o nuestra enfermiza curiosidad por conocer las inmundicias ajenas, han aumentado los consumos de llamadas telefónicas, mensajes cortos o conexiones de internet. Todo ello con unos precios muy superiores al resto de países de nuestro entorno y con un servicio muy deficiente, que en algunos casos se convierte en nulo. Las cláusulas abusivas de permanencia o de topes de consumo que nos han impuesto recargos muy altos por culpa de nuestro desconocimiento. Sin contar los servicios de alta tarificación como números ocultos, subscripciones no contratadas o cambios de contratos sin notificación. Todo se suma al servicio que tiene más litigios en las oficinas de consumo.
Las distribuidoras de combustibles, asociadas a las petroleras. Unas de las mafias más peligrosas que existen. Capaces de conseguir que caigan gobiernos en los países productores o de bloquear el desarrollo de países consumidores. Empresas que nos han impuesto un modelo de transporte basado en el motor de combustión. Cuando se ha demostrado que es el máximo culpable del calentamiento global a parte de negarlo y combatir dichas opiniones con argumentos peregrinos han gastado parte de sus enormes beneficios en anular las opiniones en su contra. Aquí en España, tienen un mercado intervenido que cuando les sancionan pagan con gusto las irrisorias multas y siguen manipulando los precios a su antojo. Además le siguen echando la culpa a los impuestos, que aunque sea un alto porcentaje del precio por litro, nunca es el culpable de que los precios varíen cada día y siempre a mayor.
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