Los grandes felinos son el conjunto de especies más amenazas del planeta, algo que contrasta con el cariño que se le tiene a los pequeños felinos domesticados en la cultura actual. La pantera negra es un jaguar que en vez de tener el fondo de su pelaje en color anaranjado lo tiene pardo y oscuro. Esto es algo que no se conoce normalmente, dado que es una derivación genética como la que pueden tener los ejemplares alvinos que en vez de perder color y tender al blanco, es a la inversa. Parece ser que son más característicos de las zonas boscosas, aunque se pueden encontrar en lugares menos densos. Siempre suele estar cerca de lugares con ríos o lagunas, lo que le diferencia de otros felinos. Algunas de sus subespecies pueden superar los 100 Kg y los dos metros de longitud, pero normalmente suelen ser menores en media.
Aunque es parecido a su familiar transcontinental, el leopardo, es un animal más robusto, de comportamientos menos arbóreos y procura mezclarse poco o nada con las poblaciones humanas. Si vida suele ser muy corta en libertad, menos de 20 años, llegando a superar esta edad con creces cuando se encuentra en cautividad. La característica que los diferencia con el resto de felinos es que no le tienen miedo al agua y son muy buenos nadadores permitiéndoles incluir peces del río en su dieta. Los machos y las hembras salen vivir separados, juntándose para las épocas de reproducción que no tiene una época del año habitual. Raramente comparten las áreas de caza, con una zona de unos 3 Km cuadrados, aumentando en las zonas de sequía frecuente. Suelen estar activos a cualquier hora del día, no teniendo unas horas establecidas de caza como sus otros parientes felinos.
El Jaguar, originario del continente americano, está muy amenazado por varias razones. La principal es la deforestación que amenaza con acabar con las zonas boscosas o selváticas donde vive y la selva amazónica en particular. Las subespecies más amenazadas son las que se encuentran en centro-America, donde el turismo masivo cerca sus zonas de hábitat. Aunque es un animal que representa la identidad de algunas de las naciones de Sudamérica, no tiene toda la protección que debiera por parte de los gobiernos de esos países, siendo preocupante en exceso en Brasil, un país que se ataca para mal en casi todo lo relacionado con la conservación de la fauna autóctona sea de la especie que sea. La caza furtiva tampoco está muy poco perseguida en el continente sudamericano, lo que tampoco ayuda, el mercado negro de pieles de este animal, las cuales incluso se hacen pasar por pieles de tigre para los inconscientes compradores.
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