Hace poco que Microsoft ha liberado la nueva versión de su sistema operativo Windows. Ahora con la nueva versión, nombrada Windows 10, espera renovar el parque de ordenadores PCs y levantar este mercado, el cual está a punto de desaparecer, consumido por los dispositivos móviles. Aunque este sistema no solamente es para los ordenadores de sobremesa, también tiene versiones para teléfonos inteligentes, tabletas y otros dispositivos que puedan ejecutar aplicaciones. Lo más novedoso es la gratuidad de la actualización. Todo aquel que tuviera un sistema instalado de versiones 7, 8 u 8.1, se puede actualizar gratuitamente. Cosa que lleva haciendo Apple desde hace varios años y Linux desde su inicio. Las características de instalación son muy livianas y se puede instalar en casi todos los ordenadores con algunos años. Yo he realizado la actualización desde Windows 7 y prácticamente no he tenido que realizar ninguna interacción en todo el proceso. Algo que se agradece, conserva todos los programas e instala automáticamente todos los controladores del equipo.
Sobre el funcionamiento del sistema es muy similar a la versión anterior 8.1, pero con el clásico menú emergente desde el botón de inicio, algo que creó mucha polémica en los usuarios al cambiar al Windows 8. Para que veamos la poca cultura informática que tiene la mayoría de los usuarios de los ordenadores. Sobre las aplicaciones incluidas es de destacar la eliminación de muchas de las aplicaciones habituales de Windows, pero con la inclusión de la tienda de Windows podemos solventar dichas ausencias con las pocas, pero suficientes aplicaciones que allí se encuentran. Esto si que es de destacar, la cantidad tan pequeña en comparación a otras tiendas de aplicaciones que tiene este sistema operativo. Otro ejemplo de que el usuario de un ordenador personal se comporta muy diferente al de los teléfonos o tabletas, una vez que se acostumbra a un programa es muy reacio a cambiar, algo que todavía no han comprendido en Microsoft.
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