En la vida del coleccionista hay dos caminos que se suelen tomar. Uno es el más conocido, el del acumulador, que adquiere productos solamente por completar la colección de todos los objetos de sus productos idolatrados. El otro es del especulador, que aunque siempre ha existido, gracias a la popularidad de las páginas de compra venta en Internet, se ha masificado y además ha perjudicado al anterior arquetipo, haciéndole más difícil sus acciones. No vamos a criticar el comportamiento de unos o de otros, porque en cierto sentido, esta situación también ha aumentado las posibilidades de adquisición de productos para el coleccionista que anteriormente le resultarían más dificultoso. Como todas las cosas, el exceso siempre es el problema. Si los precios de algunos productos que no son muy fáciles de conseguir son excesivos, es porque hay alguien dispuesto a pagarlos. Si hay un producto que tienes muchas ganas de conseguir, solamente para tenerlo en una estantería criando polvo, seguramente que podrás pasar sin él. Si hay dos productos similares uno de mucho precio y de escasas unidades contra otro de poco precio y muchas unidades, seguramente será mejor opción comprar la segunda, porque cuando pase el tiempo, posiblemente nos tengamos que deshacer de él y si es el de peor calidad, nos costará mucho menos emocionalmente.
Que representa un objeto de coleccionismo para un ficcionauta, en mi caso un recuerdo. Si has tenido una buena experiencia con un libro, cómic, película o vídeo-juego, tienes la opción de volver a revivirlo o tener un recuerdo coleccionable que te recuerde esa experiencia. En el caso de que el creador quiera seguir ganando dinero con el producto puede sacar continuaciones, adaptaciones o productos relacionados. Si hemos intentado adquirir muchas de estas colecciones, seguramente que habremos tenido que decidir entre varios tipos de productos, porque no se puede tener todo. En el caso de los libros y cómics hay distintas ediciones, distintos tamaños y ahora formatos físicos o virtuales. En las películas y vídeo-juegos se ha creado también un nuevo concepto que es de las generaciones. Primero VHS, después DVD, ahora BlueRay,... Las consolas sin retro-compatibilidad que obligan a comprarse el mismo juego varias veces. Para que luego digan que las empresas no sacan beneficios, que los usuarios somos unos delincuentes, ... El mercado del entretenimiento contemplativo es un pozo sin fondo para el usuario y una gallina de los huevos de oro para las empresas.
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